La iluminación de las oficinas LAN en Santiago de Chile plantea un detalle de color en las figuras que posee el cielo raso.
Lo interesante del proyecto es que el cambio de color se programó en coincidencia con la tonalidad de colores que va tomando el cielo a través de la progresión de las horas del día. La misma comienza con un blanco neutro característico del amanecer, terminando en un naranja saturado típico del poniente.